Arturo by Jorge Michel
Hippopotamus - Nro. 15, 1983 (pages 48, 49)
Creo fervorosamente que uno de los aspectos de la condición humana es el descubrimiento de uno mismo.
A cierta edad, arbitraria y particular, el ser humano se descubre.
Ese amanecer, esa tarde, será para siempre inocente o culpable, ajeno a las noticias de estas condiciones o torturado infinitamente por ellas.
Puede ocurrir también que su lucidez natural le ayude a descubrir su capacidad de crear. En ese caso comenzará una larga peregrinación sin destino, un largo viaje a través de la realidad; no habrá partidas ni llegadas, no habrá sueños ni casi recuerdos, solo las misteriosas huellas de la poesía entrevistas en la fugacidad de un vuelo.
Arturo Garcia Rosa se ha descubierto. No sé si lo sabe: el éxito -también el fracaso- velan nuestros sentidos y quedamos así a merced de la tristeza o de la alegría, tan breves. Si no lo sabes, si no ha descubierto que parte de la realidad le es propia, es bueno avisarle: siempre se está a tiempo de ser superficial, de negarse.
Pero si sabe, si trata de engañarnos detrás de su eficacia ejecutiva, detrás de su modesta certeza administrativa, es bueno decirle que sus fotografías lo denuncia. Que su cámara es una arma poética. Que los espectadores nos damos cuenta que su elegancia es una forma de disfraz, que nos abre ventanas cerradas, que nos abre ventanas donde no los había, que desde ésas ventanas la realidad nos mira a los ojos y nos sentimos descubiertos.
Jorge Michel, March 1983
Jorge Michel, Escultor 1925-1991
Escultor autodidacta, trabajó como marinero en los buques mercantes que reparaban hornos, dónde aprendió a trabajar con metales y mecánica. Michel, poeta publicado y lector ávido, también trabajó en publicidad y realización cinematográfica, haciendo películas que obtuvieron premios en Europa y América Latina. Como artista visual, trabajó intensamente durante la última parte de su vida. Aunque expuso solo ocasionalmente en Munich (1973), Buenos Aires (1986) y Nueva York (1989).
Tras varios años de producir esculturas, realiza su primera gran exhibición individual en mayo de 1986 en Salas Nacionales (actual Palais de Glace) con diecinueve obras de gran dimensión en granito, guayacán, basalto, bronce, travertino, lapacho negro, acero fundido y mora. "Cada una de las piezas tiene una larga historia", explicaría. "Reunir muchas piezas requiere tiempo y no haberlas vendido. Por eso, estas piezas puedo explicar por qué las hice, por qué las guardé y por qué soy absolutamente responsable de ellas".
En 1989 realiza una exposición en la CDS Gallery de Nueva York, recogiendo elogiosas reseñas en el diario New York Times, ArtNews y otras publicaciones de arte especializadas. En 1990, su obra "Piedra de trueno" es parte de la muestra colectiva "Arte por Artistas" en el Museo de Arte Moderno. Su obra forma parte de las colecciones del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA), la colección JP Morgan Chase Manhattan, CDS Gallery de Nueva York y el Metropolitan Museum of Art (MET).
Falleció el 24 de diciembre de 1991 en Buenos Aires, en el mismo día y a la misma hora que su nacimiento.